“Bella Ciao”, es una canción que forma parte de mi vida. Cuando tenía 15 años, participé en un encuentro internacional de joven@s en el que cada país tenía que hacer una actuación e Italia decidió interpretar este himno, yo me quedé absolutamente impactada, acabábamos de ver la proyección de la película “Tierra y Libertad”, de Ken Loach y aquel himno reforzaba el sentimiento de libertad, de fuerza, de dignidad. Más tarde, se convirtió en una de las canciones de cuna de mi hijo, quien, pasados los años me acompañó a la guitarra, ayudándome a sembrar las semillas de esta versión, durante el confinamiento. Desde el cambio del propio título (Adiós bello), “He querido expresar la necesidad de resistir ante el machismo, de compartir la idea de que debemos plantarnos y decir adiós a quienes nos están impidiendo desarrollarnos como ser humano, a quienes nos maltratan, a quienes no nos quieren. Una invitación a decir adiós para tomar las riendas de tu vida <<Libre y consciente>>, lejos de la sumisión, de la violencia, de la dependencia. Pretende ser una inyección de energía, de fuerza para las mujeres, a las que se dirige especialmente para decirles que “No es amor aquello que nos anula, que nos cohíbe, que nos hace daño. El amor se encuentra más allá de la relación de pareja, está en aquello que amamos hacer, en las personas que nos apoyan, en todo lo que podemos aportar al mundo para hacer de él, un lugar mejor”. Una versión cuyos sonidos nos llevan desde la música Afroamericana de los años 20 hasta Los Balcanes, pasando por la música gitana francesa, los sones italianos, portugueses y por supuesto, el flamenco que Lourdes Pastor transmite a través de su voz de una forma única. |
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