Según informa Apunt en su página web, esta semana se estrena la serie musical La Maskletá, una producción de Apunt Media con la participación del Instituto Valencià de Cultura, que cada jueves se acercará a los grupos que han marcado el panorama musical de la Comunidad Valenciana, y que ya destacaron a mediados de los 90 en las páginas del fanzine La Maskletá.
El programa está presentado por Nerea Sanfe (À Punt Directo, Esto no es normal) y estará disponible en el web de À Punt Mèdia (www.apuntmedia.es) a partir del día 20 de enero. “La Maskletà está creada para todos los públicos, para los quién como yo acabarán descubriendo toda la historia musical de nuestra tierra y para los amantes de cada género musical que trataremos en esta aventura. En el primer capítulo –explica su conductora– trataremos el hip hop. El rapero Nach y su productor Fran Cañas recuerdan su trayectoria de 25 años y sus inicios, además de avanzar los nuevos proyectos musicales”.
La Maskletà es un viaje en el tiempo que repasa la escena musical valenciana de las décadas de 1990 y 2000 con entrevistas de la mano de Nerea Sanfe y Jorge Villar, creador del fanzíne La Maskletà, un fanzíne ya mítico y esencial para el impulso de muchos de los grupos musicales y la industria que los rodea, que arrancaron en la década de los 90 en Alicante y que se extendió por la Comunidad Valenciana.
La Maskletà estaba dirigida por Jorge Villar, que tenía también un pub con el mismo nombre en Alicante que era el lugar de reuniones de toda la movida musical de la zona. Algunos de los artistas que aparecían entrevistados en los primeros ejemplares del fanzíne, y que en aquel momento eran unos completos desconocidos, continúan siendo 25 años después referentes en sus estilos, como es el caso evidente de Nach en el hip hop, pero también de bandas como Disidencia, Banda Jachís, Overlife, o músicos como Blai que acabó siendo parte de bandas como Ktulu o Def Cono Dos –explica Villar–.
“Los fanzines se realizaban de una forma casi artesana, con escasos medios: se maquetaban recortando y enganchando (con cola de barra), se fotocopiaban con una calidad bastante lamentable, y se distribuían a mano. La Maskletà fue importando principalmente por la periodicidad (los primeros números se distribuían puntualmente cada primero de mes), y también porque todas las entrevistas se realizaron en persona, en los bares de la escena, en las pruebas de sonido de los conciertos o en los locales de ensayo de las bandas. Posteriormente, la influencia se amplificó también al convertirse en un pub en la Ruta de la Madera de Alicante (1998-2001), que hacía las funciones de centro social de la escena alternativa, y por una segunda etapa elaborada para imprenta, a todo color y con una tirada de más de 10.000 ejemplares”.
En la dirección del proyecto está el cineasta Manuel Galipienso, que ha dirigido varios documentales, cortometrajes y largometrajes de ficción con actores reconocidos internacionalmente, como Javier Gutiérrez, ganador de dos premios Goya. “La Maskletà es un programa que recupera la esencia de la escena musical de los años 90 en la Comunidad Valenciana” –comenta Galipienso– “Está concebida como una web serie, como cineasta tuve claro desde el principio que quería mantener la calidad cinematográfica cuidando mucho la fotografía, el sonido, la escenografía… con el propósito de marcar la diferencia con otros programas y producciones destinadas a web”.
“Sin embargo, el que más me preocupaba era contar con un buen presentador o presentadora de programa que supiera conducir los invitados sin tener que cortar la grabación después de cada respuesta para corregir y conseguir un resultado más natural, más orgánico. Pero nada más conocer Nerea Sanfe y su savoir faire supe que todo saldría bien. Conseguimos un ambiente relajado, distendido y con conversaciones fluidas en cada capítulo”.
Esta producción 100% alicantina nos traslada, a través de las imágenes y entrevistas, a un momento cultural que muchas personas todavía recuerdan con cierta nostalgia. Desde el punto de vista del entretenimiento La Maskletà servirá para conectar generaciones diferentes: las actuales, totalmente digitales, y las de sus padres, más analógica y con una manera de entender y concebir la música de manera diferente.
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