“Estamos de celebración, festejamos 30 años de historias, amistades y pasión por la música”, explica Tony Moreno, voz de la banda. “Este proyecto es un regalo para nosotros, para vosotros y para todos aquellos que han formado parte de este viaje musical”.
Este nuevo trabajo, todavía sin título definitivo, no es un recopilatorio al uso: es un ejercicio de memoria emocional y artística, una forma de mirar hacia atrás con la mirada limpia y el corazón abierto. Canciones que cambian de piel, cocinadas a fuego lento y con un aire más cercano, más original, más piel con piel.
“No nos hemos almibarado con la edad, ni mucho menos", añade Tony, "seguimos siendo los mismos gamberros encima del escenario. Pero nos apetecía darle una lectura distinta a lo que solemos hacer. Redescubrir nuestras canciones desde otro punto de vista, llevarlas a otro terreno”.
El primer avance de este viaje lo firma El Jose, compañero de escenario y paisano, con una emocionante versión en vivo de “Los besos que me dabas”. Grabada cara a cara, acústica y minimalista, esta reinterpretación transforma el cumbión original en una pieza de raíz folclórica que se adentra en los compases del 6/8 y bebe de la música afroperuana, mexicana y andina. Una mezcla donde la guitarra, la percusión y la voz se convierten en protagonistas, con ecos que van de Atahualpa Yupanqui a Mariachi Vargas de Tecalitlán.
“La música es más fuerte cuando se comparte con aquellos que la aman”, afirma Tony, resumiendo el espíritu de un disco en el que también participan artistas y amigos como Bersuit Vergarabat, Chambao, Coque Malla, Amparanoia, Albert Plá, Noni de Lori Meyers, Aitor Velázquez (Hora Zulú), El Canijo de Jerez, Tomasito, Macaco, Muerdo, Francisco el Hombre (Brasil), Macha de Chico Trujillo (Chile) y Nidia Góngora (Colombia), entre otros. |
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