El primer LP de Chicle es, como cualquier trabajo debutante, una carta de presentación. Ya de por sí, es un ejercicio de maestría que Álvaro Benito vuelva a darse a conocer tras casi veinte años en la música española. Después de lesionarse como jugador semiprofesional en el Getafe CF y el Real Madrid, Benito empieza a tocar la guitarra y forma Pignoise, una de las bandas de pop punk más importantes de comienzos de siglo. “Nada que perder” o “Te entiendo” se convertían en la banda sonora de toda una generación. ¿Cómo puede Benito seguir siendo un debutante? El vocalista ha vuelto a nacer con una forma completamente novedosa: Chicle es un proyecto que parte de lo más íntimo, desde la entraña pura, de todo aquello que nadie ha podido ver nunca pese a tantos años en el foco. Y eso es lo que hace del proyecto algo tan especial: es un secreto guardado durante años, capaz de conectar con el yo más profundo. “He volado por todos los cielos, he mostrado todos mis defectos”, canta en “Despertador”, o “Pesa menos nuestra fragilidad, en el mundo real no la puedo mostrar” en “Huracán”.
En la portada, hallamos una reinterpretación de la manzana de Magritte: un hombre que oculta su rostro y, además, se encuentra carcomido en el reverso. Porque todos nos ocultamos (incluso a nosotros mismos) nuestra peor versión, pero Chicle es la banda que te ayuda a enfrentarte a ella.
El disco ha salido en formato vinilo
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