"Topa Iñigo!" es muchas cosas a la vez. Es el disco que cierra la colección del 20 aniversario de Kasba Music, once vinilos que trazan una línea continua pero diversificada en la música popular en el Estado español desde 1993 hasta ahora. Es el disco que reconoce y agradece la grandísima carrera de Sagarroi, un grupo que por muchas razones no obtuvo el reconocimiento que sin duda mereció, como este trabajo constata. Es un disco emocionante en extremo, sensible, bonito, un disco en mayúsculas, de los que no hay tantos. Y es, además, el disco homenaje a Iñigo Muguruza en el mes que habría sido su sesenta aniversario.
Recoge 13 temas extraídos de los cinco discos que Sagarroi publicó entre 2001 y 2009. 13 temas que van desde el hardcore más crudo de su primer trabajo a algo que nos gusta denominar blues vasco: la guitarra y la voz de Iñigo Muguruza, a veces solas, a veces acompañadas por el trombón de Asier Ituarte, siempre apasionadas. Y entre medio de ambos extremos todo tipo de matices, ska, músicas con raíces latinoamericanas, guitarras a lo Jimi Hendrix, rock, delicadas voces femeninas (obra de Miren Gaztañaga), siempre acompañado por su escudero y amigo (en este caso bajista) Carlos Zubikoa y con densas bases rítmicas obra de los baterías Gorka e Iban.
"Si alguien intenta hacer una foto de la carrera artística de Iñigo Muguruza le saldrá borrosa y desenfocada. Es lo que tiene siempre moverse, cambiar, es lo que tiene ser de frontera. Si vienes al mundo en un lugar así ya naces con la diferencia a poca distancia, con personas que pareciéndose a ti no son como tú porque viven en otra pecera. Poco a poco descubres diferentes maneras de mirar que conducen no a la belleza en singular sino a la belleza en plural, pues no hay sólo una. De igual manera que la verdad no sólo se conjuga en un idioma. Porque aunque parezca paradójico, las fronteras no siempre aíslan, también pueden tender puentes. Iñigo nació en Irún, una frontera, lugar de paso, de contrabandistas y de refugiados, de idas y venidas, estraperlo y miseria, paraíso y exilio, espacio permeable y cambiante, antigua frontera con Inglaterra, luego con el País Vasco Francés, durante el franquismo ámbito de libertad porque allí ondeaban ikurriñas, aquí prohibidas. Era ahí al lado, tan cerca y tan lejos. A menos que nazcas mármol todo esto marca. Iñigo no fue de piedra, sino persona impresionable, empática y vitalista, con ojos que veían al mirar y una sensibilidad en la que era fácil dejar huella porque vivía abierta al mundo y a sus bellezas, también a sus desolaciones y atrocidades.
Este disco recopilatorio de Sagarroi (2.000-2.009), uno de los múltiples proyectos de Iñigo, situado entre la inopinada disolución de Joxe Ripiau (1.996-2.000) y Lurra (2.013-2.017), es hijo de esa carrera musical en la que el hardcore, rock, ska, punk, reggae, cumbia, canción de autor, la balada, la abrasión y la ternura, la alegría y el recogimiento conviven en las fronteras de un mundo amplísimo mirado con respeto y curiosidad por quien sabe que nacer aquí o allí es fruto del azar, aunque no por ello se olvide, en su caso, el orgullo de ser de un lugar pequeño." (Luís Hidalgo, periodista, fragmento del texto incluído en el disco) |
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