Si subes bien el volumen, tus caderas no podrán parar de moverse. Hacia delante y hacia atrás. Otra vez. Otra más. El deseo cabalga de nuevo los riffs salvajes de Kash Pinippler.
Su alma oscura, envuelta en purpurina, conoce las limusinas de las estrellas de rock y los garitos más inmundos de la ciudad. Conoce las curvas más peligrosas y lugares en los que comprar un gramo de cielo por veinte pavos.
Los seis arrolladores temas que componen RÖK son un dialogo enloquecido, eléctrico e iluminado que Kash Pinippler mantiene con su guitarra, la compañera que le hizo bajar al infierno.
Tras cruzar demasiadas líneas, pides el trago de la muerte. Sales del antro y un sol californiano quema tus ojos y taladra tu cerebro. Las luces de neón se disuelven en la del día. Quizá encuentres otro agujero en el que esconderte antes de que la resaca te alcance.
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