Tras varios años de trabajo en la banda extremeña Milana, con los que ha llegado a publicar dos discos, Campo y piedras (2014) y Desierto Cicatriz (2018), Aritz Sertucha se lanza ahora a la aventura en solitario. Cobijado tras su apellido, el músico gallego de origen vasco y asentado desde hace años en Extremadura, demuestra, por su cuenta y riesgo, que la música no entiende de fronteras, y publica Cuando suba el río (Milanamúsica Records, 2021), un disco que encaja dentro del género musical de la americana, pero también lo trasciende. Lo trasciende porque Aritz Sertucha traslada las convenciones del género a un imaginario más personal y original, recorriendo territorios reconocibles que amplían los márgenes de este género. Lo hace, además, en su idioma, dedicándole esmero y atención a las letras, que incluyen historias de heridas profundas donde la esperanza consigue un hueco para asomarse. Sertucha no confunde el aroma poético con la sobreactuación o la decoración excesiva, al contrario, el talento y el celo que se percibe en sus palabras contribuye al desarrollo de unas historias y de unos personajes que pueden parecer aparentemente sencillos, pero que, sin embargo, albergan reflexiones y sentimientos complejos y penetrantes.
El disco ha sido grabado en los estudios Guitar Town de la mano de Hendrik Röver. El veterano músico cántabro y sus dos compañeros en Hendrik Röver y los Míticos GTs, Goyo Chiquito y Toño López Baños, arroparon a Aritz Sertucha en la grabación de unas canciones que han sido recibidas con expectación y buenas críticas por revistas especializadas. En Ruta 66, por ejemplo, Manel Celeiro destacó el “sonido cálido y muy orgánico las canciones fluyen, como la corriente de ese río al que tanta referencia hace en sus letras, de forma natural y precisa.”
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