La banda madrileña regresa tras dos años de éxito con un nuevo disco, que no dejará a nadie indiferente. Nueve canciones que componen uno de los discos más redondos de la historia del metal nacional, donde Miguel Sánchez (bajista) se descubre como uno de los nuevos productores a seguir dentro de la escena.
Bajo el nombre de RUBICÓN, los de Carabanchel han confeccionado un disco fundamental para entender los tiempos que vivimos, con letras que abordan temas como la homofobia, el acoso escolar, el abuso en las condiciones laborales, las traiciones, los fanatismos, la injusticia social y la violencia de género. En palabras de su cantante, Diego Cardeña: “Un artista no puede mirar para otro lado, cuando cada día ves como la vida azota y estrangula a tus vecinos. Es por ello que decidimos dar este paso, asumiendo todas las consecuencias que puedan llegar. De ahí el nombre de Rubicón. Digamos que estos nueve temas, cierran el círculo donde la banda se ha encontrado consigo misma y ha decidido tomar un camino claro y marcado. Vamos a cruzar nuestro propio Rubicón.”
Con la personalidad como bandera y el pecho como amortiguador de lo que venga, los cinco componentes han volcado en RUBICÓN lo mejor de sí mismos. Introduciendo programación electrónica, de la mano de Miguel Sánchez, con un ritmo más rápido de lo que nos tenían acostumbrados, pero con la esencia contundente y melódica, que ya les desmarcaba de la masa y con el que han conquistado plazas tan importantes como Download Festival 2018 o ZLive 2019.
David Viana (baterista) ha conseguido ensamblar el ritmo y sonido de una batería que brilla junto a unos poderosos riffs de guitarra cortesía de la dupla Rubén Ortiz – Oriol Borrás, que demuestran en este disco de lo que pueden ser capaces de llegar a hacer.
La portada de RUBICÓN, obra de la artista extremeña Patricia Mateos, refleja a la perfección lo anteriormente escrito. Las inquietudes de estos cinco artistas, necesitados de seguir evolucionando y de cruzar un río imaginario, asumiendo las consecuencias que vengan.
Evolución, elegancia, contundencia, originalidad y calidad son las cinco bases sobre las que se sostiene un trabajo grabado y mezclado por Carlos Santos en Sadman Studio (Verín) y Anti Studio (Fuenlabrada), donde el gallego ha sabido llevar, una vez más, a buen puerto las inquietudes artísticas de una banda en estado de gracia. Y la guinda del pastel es obra de Tony Lindgren, encargado del mastering de RUBICÓN en los Fascination Street Studios (Orebro, Suecia) y que ha trabajado en los últimos discos de Sepultura, Kreator u Opeth, así como el último directo de Billie Eilish.
Con estos mimbres y el sello de calidad de Rock Estatal Records, estamos ante uno de los mejores discos de metal de 2020, que verá la luz el próximo VIERNES 8 DE MAYO.
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