El sábado 6 abril, una de
nuestras bandas preferidas visitaba Córdoba y no podíamos
dejar pasar la oportunidad de volver a verlos en directo. En esta ocasión,
venían a presentar su último y muy reciente disco (tan solo lleva en
circulación unos días), siendo Córdoba
la segunda fecha de la gira española. El lugar escogido fue la sala M100, que
está vez aunque no se llenó sí que presentaba una buena afluencia.
Además de Avalanch, tocaban dos
bandas teloneras. De estos grupos, solo vimos la parte final de la actuación de
Manhattan Rock band, el nuevo proyecto de Manuel Escudero, que es un grupo de
versiones heavies, de las que pudimos escuchar We rock (Dio), Concierto para
ellos (Barón Rojo) o The final
countdown (Europe).
Cambios de instrumentos, con un ligero
retraso y tras la intro, una voz en ingles nos anunciaba que era la hora de
Avalanch. Empezaron con los dos primeros temas de su último y genial álbum El oráculo y Demirgus. Estabamos situados
en las primeras filas donde la respuesta de la gente era muy buena pese a los
escasos días desde la comercialización del último trabajo El Secreto, bastante gente se notaba que “había quemado el disco de
tanto escucharlo” para disfrutar así del concierto. La actitud de los músicos
era fantástica, no así el sonido: la batería de Mike solapaba otros
instrumentos y prácticamente a Isra no se le oía. Pensábamos que el mal
sonidopodía ser por tratarse de los primeros temas, pero cuando fueron cayendo
más canciones y la situación no mejoraba, decidimos retrasar nuestra posición.
El sonido mejoró algo colocándonos en la zona media de la sala, pero no acababa
de ser completamente nítido.
Fueron cayendo temas, siendo
estos eran casi todos de su último disco: El
peregrino, Deception, Flor en el hielo… Tal vez, tocaron demasiados temas
nuevos (casí lo tocaron entero), pero bueno, era la presentación del disco y es
una opción muy válida apostar por el nuevo material en los directos.
Pero lo que me decepciono en gran
medida es la elección de otros temas, ya que se decantaron por canciones, que
al menos para mí, no son ni de lejos los más representativos de la banda: Baal, Mil motivos o incluso Alborada, creo que perfectamente podrían
haber sido sustituidos por otros más “grandes” como Ángel caído, Pelayo o El
viejo torreón (por nombrar algunos). Cuando sonaron Pies de barro o incluso la “comercial” Alas de Cristal la gente respondió muy bien.
La calidad de los músicos de
Avalanch es indiscutible. Destaca el virtuosismo de Jorge Salan en la guitarra
y el fenómeno Mike Terrana, que por fin solventados los problemas con su
batería (ya a mitad de concierto) hizo su apoteósico solo, que bestia.
Dirk Schlachter (Gamma Ray) al
bajo ha sido la última incorporación sustituyendo al simpático Magnus,
cumpliendo perfectamente su labor, pero manteniendo una postura más pasiva, su
solo también creo que pudo ser prescindible. Isra cantó a un gran nivel, y
aunque no es un gran frotman, cada vez se le ve más suelto. Y “el jefe “ Rionda
tomo un papel más protagonista que antaño, muy sonriente y tocando como no, a
un altísimo nivel.
Para el tramo final, dejaron, las
que para mí fueron las únicas tres canciones, realmente representativas del
grupo Xana, Lucero y Torquemada,
haciendo enloquecer esta vez sía la gente.
No quiero que se me interprete
mal, no fue un mal concierto, pero los problemas técnicos, a mi entender las
excesivas “pausas” entre solos e interacciones excesivas con el público, y un
setlist donde faltaron más temas “grandes” y haber tenido más tiempo de escucha
a las nuevas canciones, lastraron la actuación. Todo esto provocó que me
dejaran un cierto sabor agridulce, ya que es un grupo que me encanta, he visto
muchas veces y siempre sus conciertos
son impresionantes, pero me quedo con que no tuvieron una noche del todo
afortunada.
Como anécdota muy positiva, Rionda
y compañía tuvieron la deferencia
segundos después de acabar el
concierto, ir a la salida hacerse fotos y saludar a todo el mundo, mostrando
una gran paciencia, simpatía y por qué no decirlo humildad. Grandes estos
Avalanch!!!!
Fotos
y Texto: Miguel A. ÁbalosAtienza
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