*Os dejamos como adelanto, la crónica que nos ha mandado el amigo Miguel Abalos, próximamente ya le incluimos las fotos que también nos ha mandado. Desde aquí nuestra agradecimiento por su trabajo para nuestro blog.
El 36º Festival de la
Guitarra de Córdoba presentaba el 2 de Julio un concierto de gran nivel para
los amantes del heavy rock con Sabaton, Medina Azahara y Scorpions. Para tal
importante ocasión, hubo un desplazamiento de seguidores desde Fernán Núñez.
Una vez dentro del coso
taurino, tuvimos suerte los que íbamos a grada y conseguimos sitio de sombra,
ya que a las 19:40 cuando empezaron Sabaton caía un sol de justicia. Con algo más
de la mitad del aforo, empezaron los suecos su actuación que fue excesivamente
breve, ya que un grupo internacional de
este nivel, y que habitualmente no tenemos ocasión de ver en esta Ciudad, hizo
que sus seguidores nos quedáramos con ganas de mucho más.
En tan poco tiempo,
unos cuarenta minutos, sonaron sus temas emblemas: Carolus Rex, Swedish pagans,
The art of war o Ghost división, quedando otros muchos fuera. El escenario no
tenía ningún tipo de escenografía ni usaron pirotecnia. Con To hell and back y Primo
Victoria acabaron su fugaz actuación, y pese a la insistencia de sus
incondicionales no hubo bises. Buen concierto de Joakim y su tropa, aunque, al
menos en la gradas, el sonido era un poco bajo.
Jugar en casa es una
ventaja, y eso le paso a Medina. A las 21h y la sombra se adueñaba de toda la plaza, aparecían la banda ante unas
gradas prácticamente llenas. El público entregado desde el principio, con los
iniciales acordes de Necesito respirar, que unieron a la única canción de su
último disco Aprendimos a vivir.
Durante su actuación, de una hora, en su
setlist los Medina, no quisieron arriesgar y fue de clásicos conocidos por toda
la concurrencia y dejando sus últimos trabajos de lado. Tocaron las coreadas Palabras
de libertad, Existe un lugar, No quiero pensar en ese amor, Velocidad, Córdoba
y la ya mítica Paseando por la mezquita. Manuel y Paco Ventura están en una
segunda juventud llenos de energía que transmiten a la concurrencia. Manuel Ibáñez
estuvo más dinámico que en otras ocasiones, tocando en varios momentos un
teclado móvil. El fin de fiesta de la banda cordobesa fue con una coreada por
toda la plaza Necesito respirar y No quiero pensar en ese amor. Muy buen
concierto de la banda que no desmerecieron ni se arrugaron al tocar entre dos
grandes grupos europeos.
Un telón con la portada
del último disco de Scorpions cubrió el escenario, mientras lo acondicionaban
para los cabezas de cartel. Una larguísima hora tardaron los germánicos en
aparecer. Los mal pensados se preguntaban si esa tardanza se debía a que en ese
preciso instante estaba concluyendo el partido de la Eurocopa entre Alemania e
Italia... A las 23h por fin cayó el telón y empezó el concierto. Abrieron con
la efectiva Going out with a bang para
seguir con Make it Real. Siendo noche cerrada el potente equipo de luces por
fin cumplía su misión, el escenario estaba ocupado en su totalidad por dos
pantallas a diferentes niveles que proyectaban imágenes del concierto
intercaladas con otras en relación con cada tema. Siguió The zoo y la
instrumental Coast a coast. El repertorio está perfectamente encorsetado, ya
que llevan varios años de gira, repitiéndolo cada noche, eso le hace perder un
punto de originalidad si ya los has visto en otras ciudades tiempo atrás. Continúan
con un remix de sus primeros años y le toca el turno al momento tierno: los
músicos se ponen al final de la pasarela y en plan acústico tocan Send me an
angel y Wind of change. La energía de la banda es increíble, parece mentira que
sea una gira de 50 aniversario. Klaus está en estado de gracia con una voz que
no ha perdido un ápice en calidad y todo el rato moviéndose por el escenario.
El setlist está perfectamente elaborado: parece ser, para no forzar demasiado
seguido su voz, y por eso, aproximadamente cada veinte minutos tocan un tema
instrumental o un solo, esto le permite a Klaus Meine descansar mínimamente sus
cuerdas vocales. Mikkey Dee (Motorhead)
que actualmente sustituye a Kottak a la batería, realizó perfectamente su
labor. Durante su solo, la batería se elevó varios metros llegando el momento
más sorprendente de la noche ya que le acompañaron en el escenario tres “bailaoras”
y un “bailaor” flamenco. Punto original y muy aplaudido por el público
cordobés.
Llegaba el final con
sus más grandes clásicos: Blackout, No one like you y Big city nights. Los bises
muy aclamados Still loving you y Rock you like a hurricane, culminaron una genial
actuación.
Muy buena tarde-noche
de música, en la que el público Cordobés, tan faltos de concierto de esta
envergadura, respondieron perfectamente llenando la plaza de toros y
participando de esta gran fiesta.
Texto
y fotos: Miguel A. ÁbalosAtienza
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